El trabajo de seguridad pública y privada son profesiones que está sujetas al cumplimiento de una normativa muy determinada y específica. Confluyen además en el trabajo determinadas variables que operan muchas veces de forma contradictoria y los someten a tensiones diversas. El personal de seguridad privada y policial desempeñan un conjunto de roles cuyo difícil equilibrio se rompe innumerables veces en detrimento de la salud física y mental de los agentes. Además, el agente de seguridad es también un trabajador que en el desempeño de su trabajo diario está expuesto, como el resto de los trabajadores, a un montón de riesgos laborales derivados de sus condiciones específicas de trabajo. El abuso de alcohol, la ingesta de drogas o el suicidio guardan también una estrecha relación con la exposición a peligros y las duras condiciones de trabajo y estos colectivos las sufre especialmente.

Muchos agentes de seguridad han sufrido bajas por motivos psicológicos, otros se han suicidado o lo han intentado y otros pocos han tenido que prejubilarse por motivos psicológicos. La estructura y organización laboral del trabajo policial, muy centralizado, jerárquico y autoritario es una de las más importantes fuentes de problemas para la salud de los policías.

A su vez los vigilantes de seguridad están también sometidos a varios riesgos que les pueden ocasionar daños en su salud física y mental, como Incidentes y agresiones en el desarrollo de sus funciones así como a la exposición a condiciones climáticas adversas al realizar trabajo en exterior.

Hay pautas de comportamiento que nos pueden ayudar a cultivar habilidades que nos harán sentirnos más a gusto con nosotros mismos y a ser más apreciados y valorados por los demás.